lunes, 12 de septiembre de 2011

MORIR POR ÉL


Yace inmóvil e inerte,
su pálida tez apagada,
susurros quedos navegan
en esta noche cerrada.
No me habla de amores
su boca calla al silencio,
dejó de decirme frases bonitas,
no escucha mi lamento.
Sus ojos cerrados no miran
no ven el reflejo del mundo,
su corazón se apaga
y yo con él me hundo.
Tan sereno descansa
sin escuchar mi plegaria,
ni siquiera nota los besos
que le mando desde mi alma.
Pido al Dios de los mortales:
-No lo recojas en tu seno,
déjale ver la luz del sol
regálale en tu bondad, tiempo.
Te pido señor compasión
desde mi voz apenada,
que cures su cuerpo herido
y le devuelvas el alma.
No puedo caminar sola
yo respiro por su piel,
si quieres llevarte una vida...
¡DÉJAME MORIR POR ÉL!


menCar

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