Dos vecinas muy curiosas
se encuentran en la escalera,
tienen tiempo están ociosas
... y comienza la primera:
-No quiero yo marmeté
¿pero has visto a la Paca?
está demacrá y mu flaca,
mala cara le vi yo ayé.
La segunda con ganas de critiqueo
comienza a verse en su salsa
y a sabiendas de que es muy feo,
despotrica a sus anchas:
-El marío que es mu "fulano",
se va al bar to' los días
y deja al alma mía
sola en casa con los enanos.
Mira que no me gusta de criticá
pero perdón no tiene el joío,
en la taberna tol día metío
bebiendo vino sin parar.
Se deja sola a la Paca,
la pobre prenda encerrá,
sin tiempo el angelico pa ná
mas que cambiarle al niño la caca.
¡Ahora!... quel sale como un señorito,
bien limpito y replanchao
con esa cara de amargao
que gasta el mu borrico.
-Pos yo creo que se entiende,
(comenta la primera vecina)
con la nueva, la del segundo,
esa señoritinga tan fina,
que mira que va descocá
con esos escotes que gasta,
luciendo sus piernas bastas
con la falda tan recortá.
Que no me mire la estirá
por encima de su hombro,
como un día me canse, la "escombro"
con el mocho de fregá.
¡Hay... que huelo a quemao,
seguro que son mis lentejas!
me voy corriendo, mi vieja,
pa vé si arreglo el guisao.
Mañana echamos otro ratico
que te tengo que contá...
que menterao de casualidá
que a la del cuarto l'ha salio el niño rarito.
menCar
se encuentran en la escalera,
tienen tiempo están ociosas
... y comienza la primera:
-No quiero yo marmeté
¿pero has visto a la Paca?
está demacrá y mu flaca,
mala cara le vi yo ayé.
La segunda con ganas de critiqueo
comienza a verse en su salsa
y a sabiendas de que es muy feo,
despotrica a sus anchas:
-El marío que es mu "fulano",
se va al bar to' los días
y deja al alma mía
sola en casa con los enanos.
Mira que no me gusta de criticá
pero perdón no tiene el joío,
en la taberna tol día metío
bebiendo vino sin parar.
Se deja sola a la Paca,
la pobre prenda encerrá,
sin tiempo el angelico pa ná
mas que cambiarle al niño la caca.
¡Ahora!... quel sale como un señorito,
bien limpito y replanchao
con esa cara de amargao
que gasta el mu borrico.
-Pos yo creo que se entiende,
(comenta la primera vecina)
con la nueva, la del segundo,
esa señoritinga tan fina,
que mira que va descocá
con esos escotes que gasta,
luciendo sus piernas bastas
con la falda tan recortá.
Que no me mire la estirá
por encima de su hombro,
como un día me canse, la "escombro"
con el mocho de fregá.
¡Hay... que huelo a quemao,
seguro que son mis lentejas!
me voy corriendo, mi vieja,
pa vé si arreglo el guisao.
Mañana echamos otro ratico
que te tengo que contá...
que menterao de casualidá
que a la del cuarto l'ha salio el niño rarito.
menCar