domingo, 22 de enero de 2012

MI AMADA

Quisiera decirle señora
que de su andar quedé prendado
…esa elegancia…esa soltura,
¡ese andar tan delicado!

Espero que no se ofenda
no osaría yo molestarla,
me merezco reprimenda
si mancilla mi boca su estampa.

No se espante belleza mía,
no me deje en desconsuelo;
míreme… sólo soy un hombre
colgado del bucle de su pelo.

¿Por qué se asusta, mi doncella?
Me apena que sienta miedo
pues tan solo deseo expresarle
¡lo mucho que la quiero!
menCar

MICRORELATO SUCEDE EN LA GUERRA

Tantos gritos desesperados hicieron silenciosos mis oídos, tanta desolación ciegos mis ojos y la muerte… ¡cruel a mi razón!, por eso no dudé en matarle, estaba ahí, tendido en el suelo pidiendo piedad, pero yo ya no tenia, tampoco sé si algún día la tuve.
Mi mano no tembló cuando el cuchillo encontró resistencia, el pobre infeliz se negaba a morir, pero yo quería para mí su último aliento. Fue entonces cuando cometí el mayor error de mi vida: le miré a los ojos (nunca hasta hoy lo había hecho), supe entonces que vagaría por las dunas del desierto hasta que mi alma encontrara la luz.

menCar

LA VIEJITA

Sentada espera
en el ocaso de su vida,
mirando musarañas
sintiéndose tan viejita,
sola vive en su mundo,
un gato, su única compañía,
apartada de la gente
sufriendo su agonía.
Si acaso algún nieto
de vez en cuando la visita,
dejándole un beso,
marchándose con prisas.
Rememora su pasado
cuando aún era niña,
zapatitos nuevos,
sus padres la querían...
Solo eso le queda
recuerdos que son su vida,
y esperar con lágrimas en los ojos
viendo pasar el tiempo,
a través de una ventana fría.

menCar

Donde se esconden los tristes recuerdos

Allá donde descansa el olvido
no soy más que polvo inerte,
atrapada en jaula de oro, mi memoria
busca la puerta de su suerte.
Allá donde se juntan luz y tinieblas,
donde la nada es visible a mis ojos,
escondo la pena de un recuerdo
que por amado, es doloroso.
Y allí reposa en silencio,
cosecha de todos mis miedos,
volando a través de apagado cielo,
navegando en profundo pozo.
Ríen todas las bocas
y arañan todos los dedos,
miran fijos e inquietantes ojos
aunando todos los tiempos.
Allá donde descansa el olvido
se evapora hasta mi aliento.
menCar