martes, 1 de noviembre de 2011

EL DENTISTA


Mirar la sala ya me asusta,
no quiero sentarme en la silla
su voraz aspecto me espanta,
me produce pesadillas.
No me mire doctor de ese modo,
su mirada mal interpreto
y esa seriedad en su cara
me causa mucho respeto.
¿Por qué me acomoda si no quiero?
le estoy pidiendo piedad,
no siga con el intento
¡estallará mi órgano vital!
Deje por favor las tenazas,
no me sea usted cabezón,
que a costa de parecer un cobarde,
yo me voy de este salón.
Prometo no quejarme más
de este dolor de muelas,
con un vaso de anís se pasa,
como me dijo mi abuela.

menCar

3 comentarios:

  1. A mi me recuerda cuando era pekeña k me dava mucho miedo el dentista jajajaja.
    Yolanda Fuentes

    ResponderEliminar
  2. jajja, pues yo conocí a uno guapísimo que no daba precisamente miedo, jajjaja… besitos, Yolanda.

    ResponderEliminar
  3. Jjjajajaja,me rio cada vez que la leo,nenita no dejes de alegrarnos los dias ni de hacer que volemos en la melancolia,un besote.
    Mari.

    ResponderEliminar